Tal vez ya tengas una rutina establecida para limpiar tu hogar, pero aquí te ofrecemos una manera más sencilla y efectiva de hacerlo:
Antes de empezar a limpiar, organiza el espacio. Despeja mesas, guarda objetos en los armarios y recoge los objetos que estén en el suelo. Esto facilitará la limpieza y evitará que tengas que mover cosas mientras trabajas.
Comienza con las tareas que se realizan de forma automática, como poner la lavadora o el lavavajillas. Esto te permitirá realizar otras tareas mientras continúas con la limpieza.
Si tu casa tiene dos plantas, organiza la limpieza de arriba abajo. Empieza por la planta superior y luego continúa con la inferior. Aplica este principio en cada habitación: primero limpia las lámparas del techo, luego los muebles y finalmente el piso.
Sigue un orden de limpieza de adentro hacia afuera. Comienza con las habitaciones, abre las ventanas y asegurate de ventilar las camas antes de tenderlas. Continua con los baños, luego pasa a la cocina, el comedor y la sala, terminando en la entrada de la casa.
Limpia primero el polvo y la suciedad de los muebles y luego el suelo. Hacerlo al revés puede hacer que la suciedad caiga al suelo y tengas que limpiarlo nuevamente.
Busca maneras de simplificar las tareas de limpieza y hacerlas más eficientes. Aunque a nadie le guste limpiar, es una tarea necesaria, aquí te cuento por qué.
Sigue estos pasos y logra una limpieza de tu hogar más rápida y eficaz.
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