¿Cómo limpian los distintos tipos de jabones? Para entender cómo funcionan estos productos primero hay que saber de qué estan hechos.
Los jabones son sales de ácidos grasos de cadena larga. Se producen a partir de grasas o aceites por un mecanismo químico denominado “saponificacion”, en el que intervienen productos alcalinos como el hidróxido de sodio o el hidróxido de potasio. Con el primero obtendremos jabones sólidos o duros, mientras que el segundo se utiliza en los jabones líquidos, geles de ducha y espumas de afeitar. Son más bondadosos con la piel y generan más espuma.
Sin entrar en detalles, lo importante es conocer que jabones tienen una parte polar (hidrófila, con afinidad por el agua) y otra apolar (hidrófoba) lo que hace que sea soluble tanto en el agua como en una grasa o aceite.
Cuando usamos el jabón, éste dispone su parte hidrófoba hacia la grasa, y su parte hidrófila hacia el agua, de forma que las moléculas de jabón “encapsulan” a la grasa, y la parte de fuera de esa “cápsula” es afín al agua, así que ésta puede “arrastrarla” y limpiar.
Si el agua es dura (con muchos minerales, como el agua de pozo por ejemplo) los jabones pueden precipitar al mezclarse con agua y se reduce su eficacia. Si sabemos que tenemos agua dura es mejor usar detergentes, que son más estables que los jabones.
¿Que tiene que tener un jabón para ser bueno y efectivo?
1- pH neutro
En la superficie de nuestra piel habitan miles de microorganismos que se alimentan de la suciedad. Pero estos elementos no son negativos para nuestro cuerpo, ya que gracias al carácter ácido que presenta el pH de nuestra dermis, es posible inhibir el crecimiento de bacterias y patógenos, además de actuar como una barrera perfecta ante posibles procesos de oxidación.
De esta forma, si utilizamos un jabón con un pH diferente al del nivel de la piel (5.5), podemos llegar a alterar la función de estos microorganismos. Cuando hablamos de jabones con pH neutro no nos referimos a que el pH es neutro en términos generales, sino que nos estamos refiriendo a que los niveles de pH de esta materia son neutros ante nuestra piel, evitando la alteración de los microorganismos que nos protegen de los patógenos.
El hecho de utilizar este tipo de jabones no solamente contribuye a la optimización de nuestro sistema inmunológico, sino que además, ayudamos a evitar irritaciones u otras reacciones que puedan ocasionar los jabones con aditivos y aromas sobre nuestra piel.
2- Con acondicionador.
Un jabón muy agresivo termina descamando y lastimando la piel de las manos, especialmente es tiempos de Covid-19, cuando el lavado de manos es tan importante. Los jabones elaborados con glicerina son los más beneficiosos para la piel, sobre todo la piel seca y sensible.
3- Biodegradable.
Jabones sin derivados del petróleo, son biodegradables y evitan la contaminación del medio ambiente.
4- Que haga espuma y que la espuma sea estable.
Permite encapsular mejor la suciedad y permite que sea más sencillo el arrastre de la misma al enjuagar.
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